El Aeródromo de San Fernando

El Aeródromo de San Fernando

Salamanca en la Guerra Civil, borradores para una historia

Al comienzo de la Guerra Civil Española y una vez definidos los territorios que eran leales a cada uno de los bandos, se comenzó a organizar la retaguardia.

En el mes de agosto de 1936 se hacía necesario disponer de un aeródromo en las proximidades de Salamanca, ya que al haber quedado del lado sublevado y estar próxima a Madrid, su situación la convertía en una ciudad importante de retaguardia.
Por este motivo se utilizó parte de la Finca San Fernando, más concretamente el paraje conocido como Campo del Hospicio, perteneciente a la familia Pérez-Tabernero, en el término municipal de Matilla de los Caños.

Fuente: BNE GCE-CAJA/18/4/3

Los aviones Junkers Ju-52 que habían llegado desde Alemania, habían ocupado como primer destino el aeródromo de Tablada en la ciudad de Sevilla, pero con el rápido avance que tuvieron las tropas venidas de África, ya no era tan necesaria allí su presencia, por lo que comenzaron a desplazarlos más al norte y más cerca de los frentes de batalla, para dar apoyo a las operaciones terrestres.
De esa forma, el día 20 de agosto de 1936 llegaban a Salamanca los primeros trimotores Ju-52 de transporte. Unos días después se incorporaban más aviones Ju-52 del grupo de bombardeo K/88 de la Legión Cóndor y Fiat CR-32 de la Aviación Legionaria Italiana.

Instalaciones

Al ser un campo improvisado, no contó con gran número de instalaciones. La pista de aterrizaje era una zona llana en la dehesa del Hospicio de casi un kilómetro de longitud; se construyeron tres barracones de obra y otros cinco de madera. Para refugiar las aeronaves se colocaban debajo de las encinas de la finca, lo que proporcionaba un buen camuflaje.

Acontecimientos importantes en el Campo del Hospicio

El 21 de septiembre de 1936 tuvo lugar en el aeródromo de San Fernando la reunión de la Junta de Defensa Nacional que finalizaría con la proclamación del General Franco como Jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos. 
Para esta reunión se utilizó uno de los barracones de madera que estaba situado entre las encinas y próximo al camino de acceso a la finca.
Presidió el encuentro el General de División Cabanellas, y asistieron los generales Franco, Mola, Queipo de Llano, Dávila, Saliquet, Gil Yuste y Orgaz, y los coroneles Montaner y Moreno Calderón.
Tras la reunión que ocupó toda la jornada y solo se interrumpió para el almuerzo que les sirvió D. Antonio Pérez Tabernero, decidieron de forma unánime nombrar a Franco como Generalísimo de los Ejércitos, aunque hay que destacar que hubo algunas abstenciones en esta votación.

Fuente: EFE/Lafototeca 344898

Tras esta reunión, salvando su uso habitual, no hubo más hechos destacables en el aeródromo. 
Al ser un objetivo militar importante, fue bombardeado en dos ocasiones durante el año 1936, el 30 de octubre y el 30 de noviembre, sin tener gran éxito.
Con la llegada de las lluvias de otoño, la pista de aterrizaje se convirtió en una zona de barro que dificultaba mucho su uso, por lo que se buscó un nuevo emplazamiento para los aviones, que finalizó con la creación del aeródromo de Matacán.
A partir de ese momento descendió su uso notablemente, solo utilizándose en algunas ocasiones más durante la contienda.
Una vez finalizada la guerra, y llegado el año 1940, el Ejército del Aire decidió devolver su uso a la familia Pérez Tabernero.

La ermita de Santiago Peregrino


En el año 1946 la Diputación Provincial de Salamanca decidió rendir homenaje a Franco, construyendo una ermita en las proximidades de lo que había sido el aeródromo.
Se le encargó la construcción al arquitecto de Valladolid Eduardo Lozano Lardero, que la finalizó en 1949.
La inauguración tuvo lugar en 1956, conmemorando el vigésimo aniversario del nombramiento de Franco. Para la ocasión se construyó un barracón de madera igual al que había estado en ese lugar en 1936. El acto fue presidido por el propio Franco y se realizó un desfile militar en lo que había sido la explanada del aeródromo.



Restos

Actualmente se puede visitar la zona donde estuvo el aeródromo. Hay que destacar que sigue siendo parte de la finca de la familia Pérez Tabernero, por lo tanto, una finca privada.
Para llegar hasta el lugar hay que dirigirse por la carretera nacional de Salamanca a Ciudad Rodrigo y, pasado el cruce del Villar de los Álamos, encontramos un camino que sale a la izquierda de la carretera señalizado como Campo del Hospicio.
Siguiendo el camino de casi dos kilómetros y de acceso público, llegaremos a la ermita de Santiago, que se encuentra entre encinas en la parte izquierda del camino. En la parte derecha pueden apreciarse los restos de los barracones de obra.
La ermita se encuentra completamente en ruinas, los techos están caídos y faltan elementos ornamentales, que una vez hubo en su fachada. Se encuentra rodeada por un muro de piedras de granito. La curiosidad de este lugar es una rectángulo relleno con graba que hay a escasos metros de la ermita. Se trata del lugar donde estuvo el barracón en que se reunió la Junta de Defensa Nacional.
Continuando hasta el final del camino, se observa la entrada de la finca y las viviendas de la misma. Justo en ese acceso se ven los restos de un refugio antiaéreo, al que no se puede acceder.
Solo recordar a las personas que puedan acercarse a visitarlo, que salvando el camino, los demás vestigios del aeródromo de San  Fernando, se encuentran dentro de una propiedad privada, que además es una finca ganadera de ganado de lidia, por lo que no se debe entrar.


El barracón de la Junta de Defensa Nacional

Como hemos comentado, en 1956 se reconstruyó un barracón de madera en el emplazamiento donde se reunió la Junta en 1936.
Además se colocó una piedra de granito al lado donde indicaba que ahí habia sido nombrado Franco Generalísimo de los ejércitos y un monolito con el escudo del Ejército del Aire.
En 1981 la Diputación Provincial de Salamanca decidió quitar de ese lugar el barracón, el monolito y la piedra escrita. Era un tiempo en el que merecía la pena el olvido y la reconciliación.
A excepción del monolito, que se desconoce su paradero, el barracón y la piedra de trasladaron al Museo del Aire de Cuatro Vientos. Al ser unos objetos tan polémicos, no están muy destacados en el museo actualmente.




Esperamos que haya sido de vuestro agrado y si os gustan las visitas turísticas, recordar respetar los vestigios y las propiedades dónde se puedan encontrar.

Nos vemos pronto con otro borrador para la historia.

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