La defensa antiaérea de Salamanca durante la Guerra Civil

La defensa antiaérea de Salamanca

La falta de defensas en la ciudad al principio de la guerra facilitó los ataques republicanos.



Primeros bombardeos

Durante el año 1936 la mayor parte de los bombardeos se dirigieron contra los aeródromos de la provincia. En ese momento eran poco más que campos despejados con una zona de arbolado para ocultar los aviones, que eran poco numerosos al no disponerse de ellos.

Poco a poco, al irse recibiendo más unidades, se consideró necesario disponer de una defensa aérea efectiva.

Al no disponerse de aviones de caza en la provincia, ya que los más cercanos se encontraban en Ávila y su misión principal era escoltar los bombarderos propios hasta el frente de Madrid, hubo de emplearse artillería antiaérea.


Las defensas en los aeródromos

Tanto en Matacán como en San Fernando, la unidad de defensa aérea de la Legión Cóndor instaló sus cañones antiaéreos para proteger la zona de operaciones.

De igual forma, en ambos se construyeron refugios blindados para el personal que allí se encontraba.

La defensa en la ciudad

En Salamanca se ubicaron principalmente dos baterías antiaéreas: una fija de 75 mm en el Teso de los Cañones en Pizarrales y otra móvil de 88 mm en el Teso de la Feria. La primera era de origen alemán, mientras que la segunda era italiana.

Motivado por los ataques al centro de la ciudad, con vuelos a baja altura y protegidos por la niebla o las nubes, la Legión Cóndor instaló también en los tejados de la Plaza Mayor una ametralladora antiaérea.





Posiblemente lo más interesante de este artículo son las fotografías, alguna de ellas poco conocidas.










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