Curiosidades del aeródromo de San Fernando

Curiosidades del aeródromo de San Fernando

Vamos a explorar unas anécdotas poco conocidas de este aeródromo 



Don Antonio Pérez Tabernero fue un importante ganadero de toro bravo a nivel mundial. Hijo de Fernando Pérez, fundó su ganadería en la finca del Hospicio, a la que llamó finca de San Fernando en honor a su padre. En su dehesa se criaron aquellos toros que llegaban a Madrid con el hierro de Don Antonio Pérez de San Fernando, todo junto en la frase.


Pero no es lógico hablar de toros en una página de la guerra civil, o sí. Ya que en esa dehesa de San Fernando es donde se ubicó el primer aeródromo de la provincia de Salamanca, llamado como la finca. En ese mismo aeródromo es donde se realizó la famosa reunión de la Junta de Defensa Nacional que acabo con el nombramiento de Franco cómo jefe del gobierno del estado, del que ya hemos hablado en alguna otra ocasión.


¿Por qué San Fernando se convierte en aeródromo?



La primera y más curiosa, el motivo de emplear esta finca como aeródromo:


Siempre me resultó curioso que justo ahí se hiciera un aeródromo nada más iniciarse la guerra, en medio de la nada. Una zona llana, sí, pero sin más ventajas que estar a escasos dos kilómetros de la carretera que une Salamanca con Portugal. 


Hablando con la familia me contaron que Don Antonio tenía un amigo militar en los años 20-30, de empleo posiblemente capitán, que estaba destinado en aquel primigenio Ejército del Aire. Éste capitán tenía una novia cerca de Aldehuela de la Bóveda y, de vez en cuando, llegaba a Salamanca en su avión, se dirigía a la finca de Don Antonio, donde había sitio para aterrizar y tenía permiso de su amigo y, lo más importante, le tenía ensillado un caballo para que fuera ver a su amada. Parece ser que aquellas aventuras amorosas llevaron a tomar la decisión de usarlo como aeródromo durante algún tiempo al inicio de la guerra, a propuesta del propio capitán, que sugirió su uso al serle ya conocido.


Del barracón de la radio al comedor de San Fernando



Siguiendo con las curiosidades del aeródromo de San Fernando y de los hechos allí acontecidos, vamos a otra interesante y poco extendida.


Todos hemos oído o leído sobre la famosa reunión de la Junta de Defensa Nacional en el Aeródromo de San Fernando en septiembre de 1936 y siempre se cuenta empezando o citando la frase "en un barracón de comunicaciones del aeródromo de San Fernando".


Poniendo cada cosa en su sitio hay que mencionar que el día 21 de septiembre llegaban a Salamanca por vía terrestre los generales Mola y Saliquet a primera hora de la mañana. Tras una breve visita a la Plaza Mayor y un café en el Novelty, se dirigieron al cuartel de Caballería (Cuartel General Arroquia). Allí llegaron más tarde los generales Cabanellas, Gil Yuste y Dávila. A las once menos cuarto de la mañana subieron de nuevo a sus vehículos y se dirigieron al aeródromo, donde llegaron por vía aérea los generales Franco y Queipo de Llano.


Para realizar la reunión, se juntaron dentro de un barracón de comunicaciones que había construido la aviación expedicionaria alemana, el famoso barracón de madera. El ganadero Antonio Pérez Tabernero, como buen anfitrión les invitó a comer a su casa de la misma finca y del mismo nombre: San Fernando.


Cuentan que había bastante tensión en el ambiente en ese momento, pues, como ya se sabe, las decisiones que había encima de la mesa eran bastante complicadas. Tras la comida (cuentan algunos autores que fue un cocido) los miembros de la Junta tenían intención de volver al barracón, pero el ganadero les propuso quedarse en el comedor de su casa, donde estarían más agusto y cómodos, invitación que aceptaron. En esa reunión de la tarde es cuando se tomó la decisión de nombrar a Franco como mando único de las operaciones militares, lo que después desembocó en su nombramiento como jefe del gobierno del estado y generalísimo de los ejércitos. Pero eso es otra historia.


Realmente esta pequeña anécdota no cambia para nada la historia del momento, pero añade un detalle curioso



Aquí fue designado generalísimo de los ejércitos...



Posiblemente ya poca gente recuerde la presencia de esta pequeña piedra de granito con la inscripción "aquí fue designado Generalísimo de los ejércitos y Jefe del Estado el Exmo. Señor Don Francisco Franco Bahamonde, 1-10-1936".


Este vestígio de otros tiempos fue colocado delante de la ermita de Santiago Apóstol en la finca de San Fernando, justo al lado de donde un día estuvo ubicado el barracón de comunicaciones del que hemos hablado. Tras la llegada de la democracia y el comienzo de la retirada de algunos "símbolos franquistas", esta piedra de retiró y se llevó al Museo del Aire de Cuatro Vientos, donde actualmente ve pasar las horas en un pequeño rincón, visible, pero sin destacar, no vaya a herir sensibilidades casi un siglo después.


Pues la historia de esta piedra podría quedarse aquí, pero tiene una curiosidad muy poco conocida e incluso desconocida, podríamos decir.


Resulta que en la preparación del acto de aquel 1 de octubre de 1966, en que se hizo la inauguración de la ermita de Santiago y una parada militar conmemorativa, a los "ideólogos" del acto se les ocurrió poner la piedra a la puerta de la casa de Don Antonio Pérez Tabernero, la casa de San Fernando. 


Cuando el ganadero observó la piedra ahí puesta y la referencia, no le hizo demasiada gracia que pudiera relacionarse su ganadería y su casa con una tendencia política que ya en aquellos años rozaba el peloteo descarado a Franco. 


Inmediatamente levantó el teléfono y llamo al Pardo, ya que, según dicen sus descendientes, tenía un contacto fuerte allí y había hecho amistad con el generalísimo a lo largo de los años. Cuando dijo quién era y que le pasaran con el propio Franco, no tardó en conseguí su objetivo y le expuso al general su preocupación de tener dicha piedra a la puerta de su casa.


Sea como fuera, unos empleados de la diputación se personaron poco tiempo después en su casa, quitaron la piedra y la pusieron delante de la ermita. Problema solucionado.




Con esta tercera y última anécdota finalizamos el post de hoy. Espero que haya sido de vuestro agrado y si tenéis alguna anécdota de la época, no dudéis en comentarla.


Hasta la próxima!!!








Comentarios

  1. En primer lugar quisiera darle la enhorabuena por este blog, lo sigo hace algunos años y lo considero una referencia.
    Con respecto a lo ocurrido en San Fernando, tuve la fortuna de entablar amistad con Cecilio Yusta Viñas, Comandante de Iberia, miembro del Instituto de Historia y Cultura Aernàutica y, por aquel entonces, director de la escuela Adventia. Durante su estancia en Salamanca, Cecilio investigó muchos aspectos relacionados con Matacàn y San Fernando, haciéndome partícipe de muchos de sus descubrimientos. Desgraciadamente falleció durante la pandemia.
    Respecto a San Fernando, èl me contó que hubo dos reuniones: la del día 21 de Septiembre (día de San Mateo, y esto es importante por lo que a continuación comentaré), en la que no se llega a ningún acuerdo y termina precipitadamente porque los escoltas, al oir los gritos que se estaban pegando sus jefes, a punto estuvieron de liarse a tiros; y la del 28 de septiembre que es cuando se nombra al Gral. Franco “General de los ejèrcitos” ( no Jefe del Estado).
    En esta segunda reunión, celebrada tras la comida realizada en el comedor de la casa y a la que asisten don Alipio (Cecilio nunca me habló de Antonio Perez Tabernero) y el mayoral de la finca, que se quedan “haciendo guardia” fuera del comedor cuando esta termina, es cuando Franco, al salir de la reunión, se encuentra con María Matea Pérez Tabernero (que era una cría) y le dice: “Maria Matea, la semana pasada no te pude felicitar por tu santo y hoy, como regalo, te diré que me han elegido General de los Ejèrcitos”.

    Con respecto al barracón de madera, que estaba junto a la ermita y hoy se encuentra en el Museo del Aire, Cecilio me comentó que era el despacho del Cte. Lecea; por aquel entonces Jefe de las Fuerzas Aéreas Occidentales.

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    1. Muchísimas gracias por su aporte. La verdad que muchos de estos relatos se están perdiendo para siempre y es bueno que tratemos de conservarlos.
      Un saludo.

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