Antonio Vaquero Santos, el laureado de La Fregeneda

Antonio Vaquero Santos, el laureado de La Fregeneda


Hoy vamos a hablar de un salmantino que ganó la Cruz Laureada de San Fernando durante la guerra: El comandante Vaquero.

Fotografia del capitán Vaquero. Fuente: Galería Militar Contemporánea 


Primeros tiempos

Antonio Vaquero Santos nació el día 11 de noviembre de 1897 en La Fregeneda (Salamanca). Hijo de Isidro Vaquero Rodríguez y Sara Santos Pérez. 

Desde muy joven mostró su vocación militar y por este motivo, en febrero de 1915, con tan solo 17 años, se alistó como educando de banda en el Regimiento de Infantería Burgos 36, de guarnición en León.

Los educandos de banda era una figura que existió en el siglo XIX y principios del XX que correspondía a niños a partir de 13-14 años que se formaban como futuros músicos militares, ya que cada unidad de infantería y algunas de ingenieros, tenían una banda propia que acompañaba al regimiento. El educando tenía asimilado el empleo de soldado, dentro de la orgánica militar.

En noviembre de 1915, al cumplir la mayoría de edad, es ascendido a soldado 2ª, destinado en el mismo regimiento. En mayo de 1916 asciende a cabo de infantería y en diciembre de 1918 a sargento de infantería. 

En 1920 ingresa en el Colegio Preparatorio Militar de Burgos, para su ingreso en la Academia Militar.

Como cadete de Infantería en Toledo. Album de la 31 promoción, 1922.


Carrera militar

En diciembre de 1922, tras superar los exámenes de acceso, ingresa en la Academia de Infantería de Toledo, donde obtiene el empleo de Alférez de Infantería en mayo de 1925, siendo destinado a la tercera Compañía del Regimiento de Infantería Las Palmas 66 de guarnición en la ciudad del mismo nombre. 

En diciembre del mismo año, junto a otros 270 hombres y a las órdenes del capitán Manuel Escribano Román, se traslada con su compañía a bordo del vapor Atlante, a Larache, donde presta servicio durante los siguientes meses.

En mayo de 1927 asciende al empleo de teniente y regresa a las Palmas, desde donde parte a Toledo para incorporarse como alumno a la Escuela de Gimnasia Militar, curso que abandona poco tiempo después al salir destinado al Batallón de Cazadores de África en Melilla, desde donde parte a Alhucemas, integrándose en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Alhucemas 5, interviniendo en diversas operaciones de campaña durante los años siguientes. Por estas acciones recibe la medalla de Marruecos con el pasador de Larache en 1928.

En 1932, el Califa del protectorado, le nombra caballero de la Orden de la Mehdauia Jalifiana.

En julio de 1935 es destinado voluntario al Batallón de Cazadores Llerena nº 4 de Melilla, hasta que éste es disuelto en diciembre y pasa al Grupo de Ametralladoras de Posición, también en Melilla.

Promoción de infantería de 1922. Archivo Provincial de Toledo.


Guerra civil

El 1 de julio de 1936 el Gobierno le concede una licencia por asuntos propios por dos meses, para viajar a Asturias, Barcelona y Oporto. 

En los datos que he podido consultar no aparece de manera clara que estuviera en Melilla cuando se produjo la sublevación militar, pero lo que es seguro es que se integró en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Alhucemas 5, grupo donde obtuvo el ascenso a capitán en diciembre de 1936.

En esos primeros meses de la guerra intervino en las acciones militares en torno a Madrid, siendo herido en el ataque para la ocupación de Majadahonda y Pozuelo de Alarcón.

El parque del Oeste durante la guerra civil. Fuente: Guerra en Madrid


La acción heroica 

En 1938 ocupa el puesto de jefe de la primera compañía del 6° Tabor de Regulares Alhucemas 5 y se encuentra defendiendo el frente de Ciudad Universitaria en las trincheras del Parque del Oeste (Madrid).

El 20 de abril, a las 2:30 de la madrugada, el ejército republicano hizo estallar frente a su posición tres minas de dos, cinco y seis toneladas, destruyendo las trincheras con gran violencia y sepultando prácticamente a toda la guarnición. Esta ocasión fue aprovechada por los asaltantes, que llegaron hasta los escombros de la trinchera, llegando a combatir a la bayoneta.

En ese momento, nuestro protagonista, reagrupando los escasos efectivos de que disponía logra plantar cara al ataque, repeliendo al enemigo, que avanzando por ramales y trincheras había llegado hasta escasos 10 metros de su puesto de mando.

Contenido el ataque y mostrando un gran valor y tranquilidad, a la par del liderazgo que debe acompañar a la figura del jefe, se lanzó contra los atacantes, recuperando la línea de posición combatiendo con bombas de mano, arma blanca e incluso, como cita en el propio juicio contradictorio, con el útil de mango corto.

Al ver la huida del atacante, se lanza en su persecución, alcanzando la línea de trincheras enemigas y avanzando hasta el monumento de los Héroes de las Campañas Coloniales, momento en que el capitán ordena replegarse para fortificarse en la primera línea de trincheras conquistadas, tras tres horas de intensos combates.

En esta acción el capitán tuvo en su compañía un 64% de bajas. El adversario había realizado el ataque con los efectivos de un batallón.

Útil de mango corto o zapapico utilizado en la guerra civil. Fuente: Militaria Granada


Combates posteriores

Tras las duras e infructuosas acciones en Madrid, el general Franco traslada un gran número de unidades al frente de Teruel a finales de 1937, debido al asedio al que se había visto sometida la ciudad y la urgencia de crear un corredor para poder socorrer la misma.

Dirigido el ataque por el general Varela, en paralelo a las fuerzas del general Aranda, logran progresar hasta las proximidades de la ciudad, pero no logran su objetivo de liberarla, rindiéndose sus ocupantes al no quedarles otra opción, en enero de 1938.

Lejos de dar el combate por perdido, el general Franco moviliza todas las fuerzas disponibles hacia éste frente para recuperar la ciudad de Teruel. De esta forma, el 17 de enero comienza, tras una intensa preparación artillera, el ataque a las posiciones republicanas del Alto de las Celadas y el Muletón. Tras continuos combates y cambio de bando en la iniciativa, el 5 de febrero, el ejército franquista lanza una gran ofensiva en la que sería conocida como la batalla de Alfambra, que culminaría en la entrada en Teruel el 22 de febrero del mismo año.

Aprovechando el éxito obtenido con la toma de Teruel, el ejército de Franco continuó los ataques en todo el frente de Aragón a partir del 9 de marzo. El arrollador empuje de estas ofensivas llevarían a la 4 División de Navarra a progresar hacia Valencia.

El 28 de mayo de 1938, Antonio Vaquero Santos es habilitado para el empleo de comandante y destinado al mando del Cuarto Tabor de Regulares de Alhucemas en las Muelas de Sarrión, en el frente de Teruel.

El día 23 de junio de 1938, el Tabor de Regulares Alhucemas 5, en el que estaba encuadrado nuestro protagonista, formando parte de la 81 división del ejército nacional, ocupa la localidad de la Muela de Sarrión. En los durísimos combates posteriores del día siguiente es herido de gravedad y pierde la vida en dicha localidad, a los 40 años de edad.

Soldados nacionales en la Muela de Sarrión, 1938. Fuente: BNE


Caballero Laureado

Por las acciones de combate en las que participó Antonio Vaquero en el Parque del Oeste, fue propuesto para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando el 11 de septiembre de 1938 por el general Jefe de la 14 División.

La Cruz Laureada de San Fernando fue creada en 1811 en las Cortes de Cádiz, para "honrar el reconocido valor heroico y el muy distinguido, como virtudes que, con abnegación, inducen a acometer acciones excepcionales o extraordinarias, individuales o colectivas, siempre en servicio y beneficio de España". Durante la República se eliminaron varias condecoraciones militares y se modificaron otras, sustituyendo los símbolos monárquicos por los republicanos. Al iniciarse la guerra, el bando gubernamental decidió eliminar las condecoraciones militares, aunque más tarde creó unas nuevas, más acordes a los valores republicanos. El bando sublevado rescató los reglamentos de condecoraciones previos al periodo republicano y volvió a instaurar condecoraciones como la Real y Militar Orden de San Fernando.

Laureada de San Fernando. Fuente: BNE.

Para la concesión de la Laureada de San Fernando el procedimiento consistía en la propuesta realizada por el jefe de unidad a la que perteneciera el militar, cuya acción se considerara heroica, un juicio contradictorio donde se investigaban las acciones de combate presentadas y se toma declaración a posibles testigos de los hechos y la resolución de concesión o la denegación de la misma.

En el caso de nuestro protagonista, tras la petición en septiembre de 1938, se inició el juicio contradictorio el 24 de diciembre de 1938 a petición del comandante de Infantería Don Juan Sánchez López, Jefe del 17 Batallón de Infantería Zamora, perteneciente a la División 14, Juez Instructor de dicho juicio. Concediéndose finalmente la Cruz Laureada de San Fernando el día 13 de noviembre de 1940.



Hasta aquí la historia de nuestro Laureado salmantino, el comandante de Infantería don Antonio Vaquero Santos.













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