El accidente de Franco en Pelabravo

 El accidente de Franco en Pelabravo


En agosto de 1935, el coche en el que viajaban el general Franco y su mujer, atropelló a dos ciclistas entre Calvarrasa de Abajo y Santa Marta de Tormes.

Estado en que quedó el coche. Foto retocada de la original de Eustaquio Almaraz.

El accidente

El jueves 23 de agosto de 1935, en torno a las 12:30 del mediodía, el automóvil en el que viajaba el general Franco, por aquel entonces Jefe del Estado Mayor Central, atropelló a dos jóvenes ciclistas en el kilómetro 201 de la carretera de Madrid, al pasar Calvarrasa de Abajo, en el término municipal de Pelabravo.

Al parecer el coche y los ciclistas iban en la misma dirección y al llegar el coche a su altura los arrolló, según las informaciones que se publicaron en prensa, debió tratar de esquivarlos en el último momento, por lo que dio un volantazo, se salió hacia la parte derecha de la carretera, reventó una rueda y perdió el control, quedando volcado boca abajo en el lado contrario de la carretera.

Según cuentan las crónicas periodísticas de aquel día, se desconoce exactamente cómo sucedió el atropello, es curiosa la explicación que se pudo leer en el Adelanto, que reproduzco textualmente: "es posible que al tocar el claxon el automóvil, surgiera uno de esos momentos de vacilación entre ciclistas y conductor, originándose el suceso". Una razón similar, probablemente al proceder de la misma fuente de información, publicaban en ABC, El Día, El Debate y La Libertad, en donde lo explican diciendo que "seguramente aturdidos por las señales dadas por el coche, se metieron contra éste, resultando atropellados". 

Sea como fuera, el resultado fue el atropello de dos jóvenes, causándole la muerte en el acto a uno de ellos y heridas de gravedad al otro.

Las bicicletas de los dos atropellados. Foto retocada de la original de Eustaquio Almaraz.

Los ciclistas

Los dos ciclistas atropellados se llamaban Agustín Curto Pérez, de 24 años, el fallecido y Matías Martín Miguel, de 26 años, el herido. Ambos estaban solteros y eran vecinos de Calvarrasa de Arriba.

Según las crónicas, eran dos jóvenes bien conocidos y estimados en el pueblo, muy trabajadores y que ayudaban en el sustento de sus familias. El trágico día del suceso se habían dirigido a Calvarrasa de Abajo en busca de trabajo, ya que habían terminado sus labores en el campo en torno al día 15 de agosto en su pueblo y buscaban a ver si había trabajo en alguna era de la zona. Como les habían indicado de que era posible que tuvieran suerte en Cordovilla, regresaban a su pueblo cuando se produjo el fatal accidente.

Agustín Curto Pérez. Foto retocada de la original de El Adelanto.

Matías Martín Miguel. Foto retocada de la original de El Adelanto.


Los ocupantes del coche y el motivo del viaje

El coche que procedía de Madrid, un Hispano con matrícula ARM-2583, iba conducido por el sargento de Ingenieros Emilio Arranz, al que acompañaba en la parte delantera su ayudante, el soldado también de Ingenieros León Sanz. Los pasajeros eran el general Franco y su mujer, Carmen Polo.

El viaje se había iniciado esa misma mañana temprano en Madrid. El general Franco, Jefe del Estado Mayor Central, se dirigía con su mujer a pasar unos días de descanso en Asturias, al estar ausente en esas fechas el Ministro de la Guerra. Las intenciones eran pasar el día en Salamanca visitando a unos conocidos y continuar al día siguiente el viaje.

 Foto retocada de la original de Eustaquio Almaraz.


Los heridos

Los primeros en auxiliar a los heridos fueron unos jornaleros que se encontraban trabajando a menos de un kilómetro del lugar del accidente. Al parecer habían visto pasar el coche por la carretera y poco después vieron levantarse una polvareda.

Al llegar al lugar del accidente los ocupantes del coche ya lo habían abandonado, saliendo por las ventanillas, y únicamente estaba herida la mujer de Franco. En la carretera yacía muerto Agustín Curto y estaba tirado aún Matías Martín.

Carmen Polo presentaba una herida leve en la región parietal izquierda y Matías Martín presentaba una herida contusa en el parietal izquierdo y otra en el muslo derecho, de pronóstico reservado. Las otras tres personas involucradas no sufrieron ningún tipo de herida.

Un coche del pueblo, conducido por Domingo Vicente, trasladó a Matías Martín y uno que pasaba por la carretera, que resultó ser el gobernador de Ávila, hizo lo propio con el general Franco y su mujer, llevándolos a todos a la Casa de Socorro de Salamanca, ubicada en aquel entonces en el edificio de la Plaza Gabriel y Galán, construido por Joaquín Secall, que hoy es una biblioteca pública municipal.

Al llegar al gobierno militar de Salamanca la noticia, el ayudante del comandante militar de la plaza, capitán Infante, salió inmediatamente hacia el lugar del accidente, acompañado por el practicante de la Casa de Socorro Cayetano Martín Arenas. Volviendo nuevamente a Salamanca poco después, llevando en su coche al conductor del general Franco y su ayudante.

 Foto retocada de la original de Eustaquio Almaraz.


La atención médica

En la Casa de Socorro atendieron a los dos heridos de los que ya hemos hablado. Cabe destacar que en las crónicas citaban a los doctores Carrasco y Bondía, como los médicos que asistieron a Carmen Polo en la Casa de Socorro.

Una vez atendidos ambos allí, Matías Martín fue trasladado al hospital provincial y Carmen Polo se fue con Franco a alojarse en el Gran Hotel.

Según distintas fuentes, Carmen Polo también fue atendida por el Doctor Filiberto Villalobos, en unas hablan que fue en la propia Casa de Socorro y en otras que fue directamente en el Gran Hotel. Hay que destacar aquí, al hablar de fuentes de información, la forma actual de contar la historia como si fuera prensa amarilla, ya que he podido leer que la visita de Villalobos fue por su condición de diputado y para tratar que la noticia "pasara de puntillas" en la prensa local y exonerar de culpa al conductor del coche. 

Teniendo en cuenta que esta afirmación es la entradilla para justificar que Don Fili salvara su vida un año después, cuando tras la sublevación fue encarcelado y consiguió ser puesto en libertad, no se puede tomar demasiado en serio. Igualmente, completa este pasaje diciendo que a Matías Martín Miguel le dieron un puesto de trabajo fijo en Pelabravo, pero este dato fue desmentido ya hace años por uno de sus nietos, que indicó que únicamente le dieron un vaso de leche cuando le dieron el alta y le tocó irse andando a su pueblo.

Casa de Socorro de la plaza Gabriel y Galán, Foto Gombau. Fuente: Salamanca en el Ayer


El general Franco y el resto de su viaje

Según se puede leer, ese día el general Franco fue visitado por numerosas autoridades civiles y militares de Salamanca. En alguna de las noticias modernas, en que se recuerda el acontecimiento, lo comentan como algo casi despectivo, pero hay que tener en cuenta que el general Franco era muy popular en España, al ser conocido desde su empleo de capitán, como un héroe en la guerra de Marruecos. A pocos pasaba desapercibida su carrera militar, en la que únicamente el ascenso a teniente fue por antigüedad, siendo el resto de los mismos por méritos ganados en combate.

También hay que tener en cuenta que en ese momento nadie sabía de la futura implicación de Franco en la sublevación militar y aún menos intuían que pudiera llegar a ser el jefe de gobierno hasta 40 años después, por lo que ese enfoque que se le da, en que se habla de las autoridades salmantinas casi en actitud de peloteo con el "bizarro general", es completamente irrisorio.

Volviendo a las autoridades que le visitaron ese día, cita el Adelanto del ámbito militar al general Manuel García Álvarez, comandante militar de Salamanca, al teniente coronel Gerardo Mayoral Monforte, jefe accidental del Regimiento de Infantería La Victoria 26, a los médicos militares comandante Rincón y capitán Boyero, al capitán Isidro González, jefe accidental de la comandancia de la Guardia Civil, y a los Guardias de Asalto capitán Valdés y teniente Criado. 

En cuanto a las personalidades civiles destaca a José Calvo, secretario del Gobierno Civil en funciones de Gobernador, José María Viñuela, primer Teniente de Alcalde, el concejal Sr. Herrera y el inspector de Policía Sr. Cervera.

Hay que señalar que ese mismo día se encontraba en viaje oficial a Béjar el Jefe de Gobierno, Alejandro Lerroux, por lo que todas las altas autoridades salmantinas estaban acompañándole, motivo por el cual los que fueron a visitar al general Franco ocupaban su puesto de forma accidental o eran suplentes de otros cargos.

El Presidente Lerroux acompañado por el gobernador civil de Salamanca, el alcalde de Candelario y el presidente del comité radical de Salamanca. Foto de Eustaquio Almaraz para el Adelanto.


Para terminar

Sobre este suceso podemos encontrar noticias en internet que hablan del "accidente que pudo cambiar el rumbo de la historia". Es verdad que si hubiera ocurrido un final diferente lo más posible es que no se hubiera conocido a Franco por lo que se le conoce, pero dudo mucho que ese día pudiera haber cambiado la historia evitándonos el sufrir una guerra civil, con las consecuencias posteriores que éste tipo de guerras conlleva y que aún en nuestros días tenemos la rivalidad de entonces tan resucitada y activa. 
Como dijo el entonces comandante José Maria Martínez Mazas, ayudante de Franco durante la guerra, "las guerras civiles no terminan con la victoria de uno de los bandos beligerantes, terminan verdaderamente con el abrazo final. El final habrá de ser forzosamente terminación, olvido y amnistía de todos y para todos", y eso, hoy por hoy, está lejos de que suceda. Tendremos que confiar que nuestros nietos sepan cerrar estas heridas y haya por fin una reconciliación entre aquellas dos Españas.









Comentarios

  1. Muy interesante esta información, que desconocía, y el blog en general. ¡Enhorabuena! Quisiera consultarle dónde es posible localizar información, si existen archivos, sobre los automóviles que llegaron desde Alemania a través de la empresa Marion, así como el destino durante la Guerra Civil. Concretamente necesitaría conocer el envío de mediados de octubre de 1937, donde llegó a la aduana de Irún un vehículo a nombre de Marion Limitada, seguramente junto con otro material militar.
    Saludos cordiales.
    Pedro Ruiz

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    1. Muchas gracias por sus palabras.
      La verdad que he tratado de buscar sobre la Marion y no soy capaz de encontrar prácticamente nada, solo algunos comentarios breves o anécdotas superficiales. Miré en los archivos Federales de Alemania y tampoco encontré nada. No sé si en el Archivo Provincial pudiera haber algo, la verdad que como fue una empresa tapadera, es complicado dar con documentación relevante de los distintos transportes que se hicieron, que por lo que voy viendo fueron muchos y muy variados.
      De cualquier forma, si voy dando con algo, iré comentándolo a ver si podemos ampliar la información.
      Un saludo.

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