¿Cuál fue el motivo de la guerra civil?

 ¿Cuál fue el motivo de la guerra civil?

Siempre que hablamos de la guerra civil la limitamos entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939. Pero ¿Cuándo empezó a nacer la idea de una guerra? ¿Qué motivó el enfrentamiento entre vecinos y hermanos?

Brevemente vamos a ver las distintas teorías que hemos podido estudiar a lo largo de los años, para saber dónde se puede poner el origen más exacto.


La historiografía de la dictadura

Desde 1939 a 1975, tiempo que duró la dictadura del general Franco, los escritores e historiadores emplearon un discurso propio que no estaba permitido discutir y que presentaba la motivación de la guerra de una manera diferente a como nos la cuentan hoy en día.

Hay que tener en cuenta el uso de un léxico propio en aquel momento, posiblemente muy bien elegido para calar mejor en la cultura de aquella época. Términos como alzamiento, cruzada o caudillo, son ejemplos sencillos para entender la versión oficial y que la propaganda subrayó muy eficazmente.

El famoso alzamiento nacional se consideraba un movimiento cívico militar en contra del gobierno de la República, causante de amplios males al país por su viraje constante hacia la izquierda y su preocupante acercamiento a la ideológica soviética. No se luchaba contra la República, sino contra sus gobernantes.

De igual forma, la interpretación errónea de laicismo como anti clericalismo, había supuesto la disolución y expulsión de órdenes religiosas, la persecución de religiosos individualmente sin estar motivado por su pertenencia a alguna de esas órdenes, la quema de conventos e iglesias y el saqueo e incautación de bienes de la Iglesia. Esta situación motivó a los sublevados a defender la identidad religiosa histórica de España, motivo por el cual creyeron suficiente para emplear el nombre de cruzada.

Con esta base queda expuesto que no fue el ejército el que se sublevó en África, sino el que apoyó a la población para liberarla de la persecución política y religiosa a la que estaban sometidos y ante la posible entrada del comunismo en España que habría supuesto la destrucción de los valores históricos del país. En todo momento se dejaba claro que nunca hubo un golpe de estado contra la República, sino un alzamiento contra el gobierno de la misma.


La historiografía de la transición

En los últimos años de la dictadura ya comenzaron a aparecer voces discordantes con el discurso original de la guerra civil. Autores españoles en el exilio o directamente extranjeros testigos directos o no de la guerra, tenían ya bastante extensión y una nueva interpretación comenzaba a tomar fuerza.

En esta nueva versión se cambia ligeramente el concepto, dándole mayor importancia a la parte militar y situando a la población como los que habían sufrido las consecuencias de la guerra. Toda la parte que se había empleado como propaganda para justificar el alzamiento, basada en la persecución de monárquicos, derechistas o religiosos, se enfrentaba con los mismos actos cometidos en la retaguardia sublevada. Trazando una historia equidistante, en la que se quitaba la razón de haber luchado para defender a los que se estaba matando en la retaguardia republicana, sin nombrar los que se mataban en la retaguardia propia.

En este tiempo se puede considerar que se empezaba a hablar ligeramente de todas las partes afectadas, pero erróneamente se enfrentaban datos, eliminando la dureza de unos con la dureza de otros.

El resumen podría hacerse como que el ejército, disconforme con el sistema político republicano, había tomado la iniciativa para eliminar este sistema y crear un directorio militar, empleando como justificación para sus actos la persecución religiosa o la llegada del comunismo a España, motivos por los cuales, ante el miedo de la población civil, sus ideas fueron ampliamente aceptadas. Con aquel pacto tan valiente de la ley de amnistía, se echaba una capa de tierra sobre la guerra civil y no se ponían nombres y apellidos a los culpables. Quizás para la forma de pensar y la madurez intelectual de la ciudadanía de aquellos años era más que suficiente a la par de necesario, cerrar esa página de la historia.



La historiografía actual o memorialista

Desde la llegada de la incapacitada idea de la memoria histórica, los escritores han encontrado un nuevo argumento para contar la historia.

Como he oído en alguna parte, la memoria, por definición propia, nunca puede ser histórica, o es una cosa o es la otra, pero ambas no. Ya que la memoria es individual y se ve influida por la situación en la que cada uno se haya visto inmerso, además de ser voluble, borrable y modificable voluntariamente para que los actos más desagradables cambien según el parecer propio. La historia, por el contrario, se basa en documentos. Escritos, grabaciones o fotografías hechos en el momento y que están perfectamente contextualizados y organizados.

Dejando a parte esta opinión, vamos a ver cómo ha cambiado la versión en estos últimos años, teniendo siempre en cuenta que la historia se ha convertido en un negocio subvencionable.

Con la nueva versión se le quita ahora protagonismo al ejército y se le pone el foco en exclusiva al general Franco, excusado con que fue el más favorecido de la guerra al cambiar su situación de simple militar a jefe de un estado hasta el día de su muerte (en su cama).

La razón del alzamiento se intenta orientar a los sentimientos y necesidades del futuro dictador, que emplea la propaganda para convencer a militares y civiles de darle su apoyo. Su alzamiento pasa a ser un golpe de estado en el que el objetivo único es la República y la razón es eliminar al gobierno democráticamente establecido (esta parte ha ido cambiando, al principio lo democrático era la república, pero al no poder justificar la ausencia de un referéndum creador, se hizo el viraje hacia el gobierno democrático, axioma parcialmente discutido actualmente, también con datos).

La persecución religiosa no se niega, pero se justifica, dada la supuesta maldad y poder de la Iglesia en los siglos anteriores. De igual forma, tampoco se niegan los asesinatos en la retaguardia republicana, pero se considera que ya recibieron suficiente divulgación durante la dictadura y es el momento de invertir el proceso y solo divulgar los de la retaguardia sublevada, sumando todos aquellos ocurridos durante el franquismo. También hay que destacar aquí que ya no se limita a hablar de muertos o asesinados, se habla de la represión franquista, en la que además de los mencionados, se incluyen los encarcelados, exiliados a otras provincias, destituidos de sus cargos públicos o puestos de empleo (supuestamente) por la ideología y a los que se les incautaron bienes.

Otro detalle muy importante de esta época es que, por obligación impuesta, se debe considerar la guerra civil y la dictadura como un bloque único, del que no paran de repetir el nombre para que nadie lo olvide: Franquismo. De esta forma, la República no tuvo ninguna influencia en la guerra civil, que fue algo espontáneo en medio de una época tranquila, justa, pero sobre todo, democrática.

Como se puede ver, esta nueva corriente que empezó con memoria histórica y que ahora tiene memoria democrática, existe el mismo peligro de envenenamiento histórico como la que hemos visto de la época de la dictadura. La idea de una sola parte con razón o justificación es completamente errónea en cualquier pasaje de la historia, pero parece ser que en España no aprendemos nada.


Para terminar

Viendo este simplista resumen, en el que se aprecia como hemos pasado de que unos eran los buenos y ahora son los malos, solo cabe esperar a una nueva época historiográfica. Considerando que ya hemos vivido la bondad y maldad de los dos bandos y un intento de igualar a ambos, posiblemente el próximo, con más datos extraídos de archivos históricos o personales y ya sin ningún testigo directo, aunque fuera de segunda generación, podrá por fin dar un punto de vista mas justo con todos, mostrando lo bueno y lo malo de cada uno, sin enfrentar datos a modo de justificación ni olvidar aquellos que sean sonrojantes intencionadamente.

Pero desgraciadamente, creo que esto no lo verán mis ojos ...










Comentarios

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  3. Dentro de lo que he leído sobre la Guerra Civil, en este blog, encuentro una explicación razonable y apartada de ideas políticas manipuladas, ideas que se nos quiere meter en la cabeza, ideas falseadas. Al menos en este espacio se habla con lógica y meridiana verdad.

    Se puede ver como muchos políticos, sobre todo de izquierdas, tratan de meternos en la cabeza que solo la represalia del Franquismo fue la culpable de los muertos exhumados en la Guerra Civil. Pero nada se habla de los represaliados por los republicanos al comienzo de la Guerra, durante la Guerra y al final de la guerra, porque no pudieron hacerlo ya que la perdieron.
    Y para muestra un botón de los muchos homenajes que hay por los cementerios españoles. Como es el caso, por decir alguno, de un pueblo de Ciudad Real, aunque existen muchos casos como este.

    Allí se ha alzado un monumento con los nombres de los represaliados en la guerra Civil. De las 46 personas que figuran en él como muertos inocentes por la represión, 21 los son por hechos que nada tienen que ver con la inocencia, si no con la culpabilidad.
    Cinco de los que figuran en ese monumento como represaliados fueron condenados como autores de la muerte de 14 personas del pueblo. Seis fueron condenados como inductores del mismo hecho y tres como cooperadores. Siete personas más lo fueron como saqueadores. y los 14 asesinados no figuran en ningún sitio, ni monumento del pueblo.

    Los "inocentes"que suman un total de 21, fueron autores de diferentes tipos delictivos entre el 25 y el 29 de agosto de 1936 y figuran en el cementerio como inocentes represaliados.
    Dejemos la guerra en paz, era una guerra y solo se habla de los hechos de un bando. Se puede consultar en el Archivo Histórico de la Guerra Civil.
    En este comentario, no se ponen los nombres de los condenados por respeto a sus familias, pero hay que respetar a las familias de unos y de otros.
    La represión no solo fue para algunos, lo fue para todos. Sean claros y remuevan los archivos de la Guerra Civil.
    Continúa...

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  4. Sigue...
    Se habla de los represaliados por el bando golpistas y nunca de los represaliados por parte del bando “democrático”. Siempre es así y se está utilizando para decir la verdad, a medias y no tal y como fue.
    Más concretamente y navegando por el Archivo Histórico de la Guerra Civil, en el caso de la localidad de l pueblo X de (Ciudad Real) se muestra, en el monumento levantado a los represaliados por el Franquismo, algunas persona que aparecen como víctimas, y según documentación de dicho archivo, fueron condenadas tras tomar declaración a familiares y testigos, por la muerte de catorce personas de la citada localidad.

    Los asesinados, que no tuvieron opción a juicio fueron catorce vecinos, asalariado, mecánico, maestro de escuela, juez municipal, abogados, concejal, propietarios, industrial etc….que fueron sacadas de sus casas las familias enteras, quemados los enseres y sus viviendas y muertos los padres de familia por arma de fuego.
    De ellos, la Memoria Histórica se olvida. Y así muchos casos de los que solo se habla de los muertos por el fascismo. Pero ¿dónde están los muertos del bando republicano?.

    Y como no se inventa nada, en los documentos, se puede leer textualmente: “Estas catorce personas fueron sacados de sus domicilios y asesinados en la noche del 25 al 26 de Agosto y algunos de ellos, en la noche del 28 al 29 de Agosto de 1936.
    Los cadáveres de trece de ellos, fueron hallados a un lado de la carretera que va de esta villa, X a Ciudad Real, junto al Puente de Alarcos en donde fueron asesinados, uno de ellos fue encontrado muerto en Ciudad Real.
    Todos ellos presentaban varias heridas de arma de fuego.”

    En dicho documento aparecen los nombres y profesiones de los fallecidos, los diez nombres y apellidos de los autores, los diez nombre y apellidos de los inductores, y los once nombres y apellidos de los cooperadores.
    Y el que tenga un poco de sensibilidad, que piense que hay muchas familias destrozadas, por parte de los dos bandos de nuestra terrible Guerra. Y que en el recuerdo, si es que se quiere recordar como se pretende, que se recuerde todo y no solo una parte.
    En nuestra guerra como en muchas otras siempre ha habido buenos hombres en una mala guerra.

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